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Los textos que producen las personas pueden dividirse en dos grandes grupos:  literarios y no literarios.  Los primeros son textos que se desarrollan en el ámbito de la ficción y que tienen como finalidad causar en el lector un placer estético; los segundos, en cambio, se desarrollan en el ámbito de lo real y tienen como finalidad expresar o informar algo. El autor de un texto literario procura que su mensaje llegue de manera más bella al lector, mientras que el autor de un texto no literario espera que su mensaje llegue al lector de una forma clara y efectiva. De este modo, encontraremos que algunos elementos de la lengua son ideales para los textos literarios, porque embellecen la expresión, pero resultarían perjudiciales para otros textos que pretenden informar de manera clara. La contradicción La contradicción y la ambigüedad pueden ser recursos de la lengua muy útiles para expresar sentimientos complejos como el amor; pero en el caso de que utilicemos la leng...